XEIDE


domingo, 13 de marzo de 2011

LA PRIMAVERA Y RUBÉN

HISTORIA


PREHISTORIA:

(La Indala) Representaría uno de los aspectos de la Madre Naturaleza, cuando se creía que sólo la Diosa animaba toda la Naturaleza: la Tierra, el Sol, la Luna y las estrellas reunidas en constelaciones, así como se creía que era Ella la que enviaba los fenómenos asociados a cada astro en sus posiciones durante el día, la noche y a lo largo del año.

En este caso la imagen simbólica de la Diosa aludiría a su personificación de cierta constelación estelar, asociada a la cruz y pretendería propiciar cierto fenómeno coincidente con determinada posición de la misma.

Justo la constelación aludida sería la Cruz del Norte / Cisne, cuyas estrellas parecen dibujar una cruz, y por tanto la reflejadría con metáfora formal (la constelación tiene las estrellas de forma que parecen dibujar una cruz) en obra de arte en forma de cruz. Y con el aura superior propiciaría el fenómeno de vientos suaves, que hacía aparición hace 5.300 años, justo cuando se producía el orto vespertino (tras el ocaso del Sol) de la constelación Cruz del Norte, coincidiendo con la llegada de las aves emigrantes tras el invierno, los vientos suaves y el buen tiempo de la primavera, además de la floración de la vegetación (funciones de la Diosa de la Fertilidad)...

Entonces esa posición una vez al año anunciaba la primavera (cuando venían las cigüeñas, los cisnes y otras aves emigrantes, así como hacía la aparición el buen tiempo, con sus suaves vientos, florecía la vegetación...)

A pesar de pertenecer a épocas diferentes, la semejanza artística del motivo de los brazos en cruz y del aura que sostienen los brazos, presente en la Indala almeriense y en la moneda de Cástulo, implica la existencia de semejanzas metafóricas a lo largo del tiempo y de lugares diferentes. Las autoras de tales motivos metafóricos intentarín asegurar con tales efigies femeninas que la Diosa enviara los fenómenos de los vientos suaves, favorables para el desarrollo de la agricultura, que se esperaban cuando cierta constelación en forma de cruz ocupaba determinada posición estelar un día del año: cuando empezaba la primavera.

GRECIA:

Este día tiene sus orígenes en esta cultura europea, la mitología explica los fenómenos climáticos involucrando a dos Diosas Griegas; la leyenda de Homero dice que Démeter, Diosa de la naturaleza y esposa de Zeus, tuvo una hija llamada Perséfone. Hades, Dios de las tinieblas, sucumbió a los encantos de esta última y no pasó mucho tiempo hasta que se la llevó con él a su mundo subterráneo. Démeter decide abandonar el Olimpo y sus obligaciones para buscar a su hija, lo que tuvo una consecuencia muy grande sobre la tierra, la misma se volvió fría y desolada. Zeus no estaba indiferente a la angustia de su mujer, al ver la tristeza de su mujer que no podía recuperar a su hija decide hacer un pacto con hades; el mismo decía que Perséfone pasaría la mitad del año con su esposo y la otra mitad con

La leyenda cuenta que tanto el verano como la primavera surgen a partir de la alegría que tiene Démeter de reencontrarse con su hija. Esta es una de las explicaciones abstractas del día de la primavera y su correspondiente celebración; los agnósticos seguirán pensando seguramente que las estaciones del año se caracterizan por un simple fenómeno climático, mientras que los más soñadores conservarán esta historia.

ROMA:

En la antigua Roma la celebración por la llegada de la primavera coincidía con la llegada del dios de la vegetación, deidad que estaba asociada a los periodos afrícolas y a la sexualidad, así, Baco se hacía presente, venía del mar y llegaba montado en un suntuoso carro alegórico que semejaba un navío.
A esta festividad se le conocía como carrus navalis, más tarde esta palabra se convertiría en carnaval.

EQUINOCIO PRIMAVERA:

Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa «noche igual».

Ocurre dos veces por año: el 20 ó 21 de marzo y el 22 ó 23 de septiembre de cada año,[2] épocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.

Equinoccio son asimismo cada una de las fechas en que lo anterior ocurre. En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra. Durante los equinoccios el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre, donde alcanza el cenit. El paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste entonces coinciden.

Los equinoccios son el instante (o la fecha, en un sentido más general) en que suceden determinados cambios estacionales, opuestos para el hemisferio norte y el hemisferio sur:

• Equinoccio de marzo, el día 21 de marzo (aproximadamente):

En el Polo Norte, paso de una noche de 6 meses de duración a un día de 6 meses.

En el hemisferio norte, paso del invierno a la primavera; se llama el equinoccio de primavera.

En el hemisferio sur, paso del verano al otoño; se llama el equinoccio otoñal.

En el Polo Sur, paso de un día de 6 meses de duración a una noche de 6 meses.