VIGO, CIUDAD FIEL, LEAL Y VALEROSA
POR JUAN
El 10 de abril de 1810 el rey Fernando Vll de España y de las Indias concede a la villa el título de ciudad.
Hoy 200 años después celebramos el Bicentenario de Vigo con la inauguración de una rotonda ubicada entre las calles Camelias, Marqués de Alcedo y Venezuela, en el centro de la rotonda podemos ver un olivo (árbol simbólico de la ciudad) de siete metros de altura , hecho en acero y con el nombre de las 23 parroquias de Vigo grabadas en cada una de sus ramas. La escultura está hecha por Silverio Rivas, escultor que ya conocíamos pues también hizo el monumento de la Plaza de América.
EL PUERTO DE VIGO NADA COMPARABLE...
Vigo en la primera década del siglo XlX era una villa pujante y volcada en el mar y hoy en día lo sigue siendo. Vigo y su puerto van unidos en un solo pensamiento, hablar de Vigo es pensar en su puerto, es tener en la imaginación su hermosa bahía. Por ella nació Vigo, por ella vive, crece y se desarrolla.
Por este puerto entraron jefes de estado, embarcaron con rumbo a América miles de gallegos en busca de una vida mejor que su propio país les negaba, descargaron ingentes cantidades de pescado para nutrir las primeras industrias de conservas y salazón.
Pero no solo de barcos de emigrantes se nutría el puerto; desde comienzos del siglo XX los buques de crucero fueron otra fuente de innegable riqueza para la ciudad. Antes venían muy pocos pero hoy en día es rara la semana que no tenemos algunos de estos bellísimos transatlánticos amarrados a nuestro puerto; el puerto de Vigo, el mejor del mundo.
PARA VIGO ME VOY.