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lunes, 22 de noviembre de 2010

EL SECUESTRO DE LA REINA. POR JUAN.

                                                    EL SECUESTRO DE LA REINA




Hacía muy buen tiempo en el campo. Era verano. El trigo estaba amarillo y la avena, verde .A pleno sol, se elevaba una gran colmena rodeada de hermosas flores. En ella vivían la abeja reina y todo su servicio, un montón de abejas muy trabajadoras.

Por la mañana las abejitas pecóradoras salían a buscar alimento al campo y escogían las más hermosas flores para coger el polen y llevarlo en su buche hasta la colmena, algunas incluso se morían en el enorme esfuerzo que tenían que hacer para llevar la comida a casa.

Cuando llegaban a la colmena, depositaban todo el néctar en las celdas y alimentaban a su reina con el mejor<>¡ que menos para una reina¡.

Trabajaban muy duro para tener reservas para el invierno y para que el apicultor tuviese su cosecha.

Llegado el invierno, para combatir el frío, se concentraban en el centro de la colmena batiendo sus alas a mucha velocidad, sobre unos 22 km/h.

Y de pronto, llega de nuevo la primavera y la reina las llama para hablar con ellas: señoras , creo que ya está bien de descansar, pónganse manos a la obra, que hay mucho trabajo que hacer; y de nuevo las abejitas salen al campo a trabajar.

Mientras la reina descansa en sus aposentos, pero una desagradable sorpresa le esperaba .Hay varios zánganos esperando a que se quede sola para fecundarla, solo uno lo consigue y después se muere, pero los otros cabreados deciden secuestrarla y la sacan de la colmena, ella intenta resistirse , pero no lo consigue, son muchos y ella está sola . Los zánganos la arrastran por el campo sin piedad, pero de pronto un gran zumbido se escucha a lo lejos, y ¿sabéis que era ese zumbido?, eran las abejitas que regresaban a casa después de un largo día de trabajo. Cuando se encontraron con los zánganos que llevaban a su reina secuestrada, se batieron en un duro duelo y consiguieron salvarla y llevarla de nuevo a su colmena. Una vez allí la reina las llamó para decirle lo agradecida y orgullosa que se sentía de ellas y como premio les dio, una semana de vacaciones. Y COLORIN COLORADO UNA CUCHARADA DE MIEL ME HE TOMADO.